Estaba claro. Había que ganar. Como sea. Pero había que ganar. Con un arranque avasallador donde un gol de diferencia era muy poco. O con un cierre oportunista y de contra cuando ese gol de ventaja era, precisamente, muy poca diferencia. Fue 3 a 0 la victoria de TIGRE contra Quilmes y, por fin, se ganó...Si bien es cierto que había que volver a ganar, vale la pena hacer un paso rápido por lo que fue el encuentro. El equipo tuvo muchos altibajos. Y lo mejor, futbolisticamente hablando, fue cuando la redonda pasó por los pies de Román Martínez y, después, de Diego Morales. También cuando Diego Castaño puso la bola bajo el botín. Como de costumbre.
En el arranque faltó algo de puntería y que Trípodi no sea figura para que el MATADOR, a los 15, no haya estirado la diferencia. En ese primer tiempo, controló los tiempos del partido y no pasó sobresaltos.
Ya en el complemento, las lesiones de Galmarini y Ribair, pusieron al equipo demasiado atrás. Muy defensivo. No era necesario porque Quilmes no tuvo juego ordenado.
TIGRE estaba esperando una contra y la encontró cuando más apretado estaba. "Cachete" encontró un espacio por la derecha de la defensa cervecera y fue 2-0 a los 34. Y Román, con un pase exquisito, vio una grieta por la derecha y "Stracqua" para el 3-0.
No disgusta, para tener mayor manejo de pelota -cuando la perdió el MATADOR sufrió-, un esquema en donde Morales sea titular y se juegue con un punta bien definido para no andar tirando tanto pelotazo.
Pero eso deberá verlo Ricardo Caruso Lombardi en la semana para traer, desde la cancha de Banfield, un buen resultados el próximo domingo.
